“Te
amo en la oscuridad, secretamente,
entre
la sombra y el alma”.
Pablo
Neruda
En aquel espacio blindado por el
deseo, tus besos fueron más largos que tú silencio. Fue precisamente en ese
espacio, en el cual intuí que te quería cuando te metiste bajo mi piel y
comenzaste a ocupar el compendio finito de todos mis pensamientos.
Desde la fecha, el amor es
nuestro verdadero destino. Lo que hay delante y detrás de nosotros no es
comparable a lo que anida en nuestro interior.
Un día, entre los pliegues del
tiempo, olvidaremos lo que nos dijimos y hasta lo que hicimos pero por siempre
recordaremos lo que me hiciste y te hice sentir.
En nuestra estación de invierno,
cada palabra se convertirá en una herida más, porque todas las historias están
escritas, también la nuestra, aunque afortunadamente desconozcamos su final.
Para entonces, con los oídos sordos y las mejillas inertes, huiremos empapados
con todos nuestros recuerdos.
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