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miércoles, mayo 16, 2012

ES.....TU PADRE



A mi amigo Pablo García

quien me autorizó a publicar

estas reflexiones hechas

con cariño y desde el más profundo respeto.




“La vida es un negocio colmado de pérdidas y ganancias”



Es una de las primeras veces que siento un fuerte impulso por escribir algo sobre alguien a quien desconozco por completo, a quien no he visto, a quien no traté y sobre todo, a quien no quise pero tampoco aborrecí.

No estoy contaminado y es por ello que los sentimientos que fluyen serán más auténticos y nobles.

Desconozco las causas, los motivos pero eso es lo que menos importa porque la verdadera esencia de todo es la que radica en el ser humano, no en sus circunstancias. Todos tenemos nuestras razones, equivocadas o no pero las tenemos y no es menos cierto que el mismo error cometido por dos personas es enmendado de formas muy diferentes.

Tal vez a lo largo de tu vida, como lo hemos hecho casi todos, has juzgado la conducta de tus padres pero no te olvides que el día de mañana tú tal vez lo seas y entonces serán tus propios hijos los encargados de indultarte o no. La vida es muy complicada y a menudo, nos encargamos de complicarla más y al final caemos ahogados por sus propias garras.

Con la perspectiva que te dan los años y la experiencia que te aporta la vida, debiera ser más que suficiente para que intentes comprender aunque no puedas ni siquiera debas compartir.

Piensa que la soledad impuesta y no deseada, es el peor cáncer de la sociedad y no te digo nada si ésta por encima se encuentra privada de libertad, situación afortunadamente transitoria por la que está pasando la persona que contribuyó a ser quien eres, tal vez no así, a ser como eres.

Intenta empatizar y por momentos meterte en la piel de tú padre, pensar como actualmente piensa y también como pensó en su momento para llegar a hacer lo que hizo y llegar a estar donde se encuentra, entonces comprenderás sus razones, lo dicho, equivocadas o no pero fueron las suyas.

Los seres humanos somos demasiado imperfectos y admitirlo a tiempo es lo mejor que nos puede suceder porque así lograremos erradicar de nuestras conciencias esa nefasta capacidad innata que tenemos para juzgarlo todo. No debemos olvidar que cuanto más severos seamos con el prójimo, más implacables luego serán con nosotros.

En la vida existen infinidad de caminos, múltiples encrucijadas pero ninguna de por si conduce a la perfección, a lo sumo, la mejor, nos permite avanzar sin sobresaltos.

Un padre debiera ser siempre un apoyo para un hijo pero éste igualmente, debe ser quien de la medida justa cuando su progenitor lo necesite. Un abrazo a tiempo, una tierna caricia, una sonrisa compartida o simplemente verse reflejado el uno en los ojos del otro, es a menudo el bálsamo perfecto para cicatrizar heridas.

No te conozco lo suficiente pero te intuyo demasiado y sé que a tu lado uno nunca puede encontrarse solo y mucho menos si ese uno se trata de tu propio padre. Si no lo has hecho todavía, no demores, ¡hazlo!, abandónalo todo por un instante, libérate de prejuicios y corre a dar ese ansiado abrazo, el que seguramente a diario espera quien te necesita: TU PADRE, el ser que junto con tu madre decidió abrirte las puertas del laberinto de la vida, la misma que acaricia tus labios con dosis por igual de miel y hiel.



“El éxito en la vida, no se mide por lo que has logrado si no por todo aquello que has superado”.