“Basta un instante en el tiempo
para soñar durante toda una vida”
Nos
conocimos un día por azar, en la rotonda de un cruce de carreteras. Tal vez
fuera el presagio de que este no era un buen comienzo para ningún tipo de
relación y mucho menos para un idilio de amor. En los cruces, la gente transita
pero no se detiene.
La
primera impresión para ti fue absolutamente negativa. Mi físico no era el
esperado en el mejor de tus sueños y ello te hizo replantear la situación.
Estuviste a punto de irte pero el destino lo impidió. Ese era el momento,
estabas a tiempo.
Como
muchas otras veces, más o menos convencida, traspasaste el umbral de la puerta
de mi casa y acabaste en mi cama. Al compás de tu desnudez, yo intimidado di un
paso atrás y estuve también a punto de volverte la espalda pero igualmente el
destino se encargó de que no fuera así. Él nos había unido y también quiso entremezclarnos,
aunque solo fuera para luego hacernos sufrir.
Entonces
supe y a pesar de todo lo mantengo que había conocido a un ser excepcional. La
balanza sabia del tiempo me lo confirmó y el platillo se inclina sin vacilación
hacia lo positivo.
Soy
consciente que tuviste que aceptar una engorrosa situación. Mi corazón ya le
pertenecía a otra persona. Ello no fue inconveniente para que te enamoraras perdidamente
de mi, al menos eso dijiste, y yo a cambio te ofrecí un cariño inmenso y mi
absoluta gratitud. No podía darte más, ¡entonces no!. Mi lucha era otra, la
tuya era yo.
Te hice
partícipe de todas las luces y sombras de mi vida y también contribuiste a que
yo fuera inmensamente feliz; acepté tu mundo y adopté tus gustos, los hice
míos. Vi en tus ojos ese brillo que irradia el amor y sentí una inmensa pena
por no poder corresponderte porque conozco de primera mano lo que supone amar a
una persona y no ser correspondido.
Éramos
hermanos, simplemente amigos pero inmensamente felices, porque ambos sabemos
conformarnos con muy poco.
Aquella
gélida tarde de enero, rompiste el encanto y la magia, me humillaste y me dolió
sobremanera. Me heriste con las armas que yo te había proporcionado. Por muy
cerdo que pueda parecerte, soy un ser humano, sincero, que paso por esta vida
sin querer dañar a nadie. Reconozco que una vez herido, soy de los que mueren
matando. La vida se encargó de enseñarme a combatir sin tregua en el campo de
batalla.
De esta
forma fui engañando al corazón, con un amor frustrado y otro rechazado. A pesar
de tener todos tus besos, abrazos y caricias, también coseché tu mayor
desprecio.
Estoy
herido, hundido y muy solo, aunque me cueste admitirlo y sigo pensando y
preguntándome ¿por qué no te fuiste o me fui cuando tuvimos la oportunidad?. En
la rotonda y en mi casa tuvimos al alcance la solución para evitar este
sufrimiento.
¿Y ahora
qué?. Lo que una vez se rompe, por mucho que se pegue y reconstruya, no vuelve
a recuperar su estado original, al menos eso dicen.
Si en su
momento aceptaste como un preciado tesoro las migajas que te concedí, hoy yo
acepto recoger todos los añicos esparcidos por el suelo para pegarlos de la
mejor manera que sepa y pueda. La pieza resultante, me imagino que en algo se
parecerá a la original y si no fuera así, siempre estaremos a tiempo de
arrojarla a la basura pero no habrá sido por no intentarlo, al menos por mi
parte. No dejo de intentarlo cuando estoy convencido que vale la pena rescatar
una amistad o luchar por un amor. Siempre me gustó poner toda la carne en el
asador para que todo lo que de sea de corazón y a cambio de nada o muy poco, a
lo sumo una caricia y el calor de una piel rozando y erizando la mía. Un alma
gemela que me ayude a alimentar esta locura imposible de amar.
3 comentarios:
Tu blog tiene credibilidad porque relata experiencias vividas, emociones, decepciones, dolor, etc...Este blog es lo real, lo tangible, huyendo de la fantasía. Es un verdadero diario de un naufrago a borde que vive al límite de sus posibilidades y que exprime la vida para saciar su sed personal.
Me gusta sumergirme en tus vivencias y bucear por las aguas procelosas que te envuelven.
Erotismo y pasión desbordada son las variables de todas tus entradas, sientes tan intensamente como vives.
Felicidades por compartir retazos de tus vivencias experienciales con tus lectores.
El desamor se cuenta porque el amor se vive.
Cuando algo se hace con el corazón siempre está bien hecho.
Mi más cordial enhorabuena.
Que fermoso relato,como me emociona ler as tuas palabras,con tanto sentimiento e que tantas veces pasa na vida real
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