Un día,
partiré hacia un lugar incierto, procurando la felicidad que alguien me
arrebató. He decidido emprender la singladura exento de equipaje ya que lo
último que me quedan son recuerdos amargos y extremadamente dolorosos, los
felices los llevaré en mi corazón y aún siendo escasos, nadie me los podrá
borrar porque son indelebles, lo último que poseo para continuar aferrado a la
vida.
Para
entonces, deambularé entre sombras afectivas y agónicas que aún diluyéndose,
rezumarán su dolor. Seré quien de cruzar el umbral de las ilusiones perdidas, transitando
puentes que un día forjé con todos mis sueños rotos. En el camino, seré quien
de borrar de mis ojos las ingentes miradas de desprecio e indiferencia que me
profirieron.
Limpiaré
con el agua pura y cristalina de la lluvia, los vestigios de aquel naufragio
que llevo escritos sobre mi piel, buscando un lugar en el espacio y un minuto
en el tiempo, donde de nuevo el brillo del sol disipe mi soledad.
Todo
cambia en un instante, no hay que aplazar nada importante en la vida, ni perder
el tiempo en cosas que no importan, habiendo tantas cosas y personas que si
importan. Teniendo en cuenta que vivimos de espaldas a la muerte y que la vida
es una pasión inútil, me cuestiono si estoy siendo la mejor persona que puedo
ser.
Tal vez
este sea el momento oportuno para que qué tú puedas reflexionar y evaluar si
estás siendo la mejor versión de ti mism@. Tu mejor versión es el fruto de la
lucha constante y el esfuerzo, todo ello conseguirá que seas más feliz y de
esta forma puedas hacer más felices a los que te rodean.
Avanzamos
hacia la meta, ya no hay retorno aunque sobren tiempo y ganas.