“Tal vez para
el mundo, solo seas “alguien”
pero para
alguien como yo, eres todo mi mundo”
Y de pronto, en una encrucijada, capricho
del azar, irrumpe alguien en mi camino con el firme propósito y la convicción determinante
de cambiarme la vida, hacerla un poco menos complicada, más agradable y
esperanzadora. Poco a poco, día a día, sonriendo y confiando en que lo mejor
está por venir, esa persona se esfuerza y se empeña en que así sea. Rara, especial, de ese tipo de personas por
las que vale la pena luchar, máxime cuando a priori han luchado por uno.
Si hubiera tenido que elegir un
final, hubiese sido uno como este, porque tú me has enseñado que la vida no consiste
en pasar las hojas del calendario, si no entender que cada hoja de ese calendario
de tu vida es única, especial e irrepetible. Cuando esta circunstancia se
produce, el tiempo vuela y te quedas con la sensación de no disponer del
suficiente para estar a tu lado, acariciándote el alma. No entiendo como pude
sobrevivir y disfrutar de la vida cuando no te tuve.
Mi corazón ya se queda muy pequeño
de lo grande e inmensa que tú eres.