....."Cuando un amor se va, nos deja tristes,
desorientados y llenos de anisedad.
Cuando un amor se va, deja una espera
que solo llena la soledad".....
Esas mismas cicatrices misteriosas que un día tatuaron a fuego mi piel, son las que actualmente se desangran en la comisura de mis labios y se mueren ahogadas entre mi mejilla y la almohada.
Es el veneno mal intencionado el que anestesia la saliva caliente en mi paladar y reseca cada recuerdo desvaneciéndolo en mi frágil memoria.
Mi piel ya no reconoce el código genético de la tuya, no se eriza ni se inmuta. Mi piel te grita y expulsa de mi contorno, se evade y se relame sus heridas.
Tus pasos han enmudecido en el descanso de la escalera, las llaves han sido abandonadas en la guantera del automóvil , el mismo que se encargó durante un tiempo incierto de conducir y gestionar nuestras pasiones. El tiempo, compañero del olvido, es un bálsamo perfecto para maquillar este desasosiego que pugna por aflorar a la superficie.
Te veo y me giro, me ves y me ignoras pero el sufrimiento es el mismo para ambos, ese mismo que hizo poso en las huérfanas caricias que nos prodigamos con mesura y sin medida, con urgente premura y a veces carentes de pasión.
Hipotecamos un presente, nos robamos un futuro y a pesar de ello, nadie consiguió recuperar ese absurdo tiempo perdido ni abordar solventemente el que nos queda por desgranar.
Gravitamos en el mundo, mecidos entre pasiones ajenas, sin pudor y consumiendo la existencia sin la mayor decencia, al menos yo, no sé tú.
No te vuelvas a mirarme porque ya no te veo, no me hables porque no reconozco tus palabras, sonidos huecos y vacíos que perturban la paz y el silencio, destrozando el sosiego que con sumo empeño fragüé.
Arranco cada día los besos tatuados de mi piel para que no me evoquen tu persona, expulso de mi boca el postrero aliento olvidado de la tuya. Me evado en el tiempo y me pierdo en la distancia, con el fin de regresar algún día para contemplar la losa que cautive todos los recuerdos y experiencias vividas.¡ Muérete en el olvido y agoniza eternamente en mi memoria!.
Cuando seamos capaces de asesinar los últimos recuerdos, renaceremos a la vida, recuperando lo que fuimos, antes de haber perdido la esencia de lo que éramos.
¡Oh preciada libertad!, la que un día te entregué y si contigo ya no está y conmigo no ha vuelto, ¿dónde va?.