“Este corazón ya fue y vino de vuelta
y entre estrellas de cartón, perdió toda ilusión”.
En las mañanas desnudas de dolor,
intuyo a cada instante tus pasos dormidos
y ciega mi cordura en la calma de tu amor,
pagando está el error de besar la boca que no le toca.
En tus brazos me enredé, deshojando sentimientos,
coleccionando en el alma, cicatrices y traiciones,
en tanto se esfuma el rumbo de esta vida malvivida,
por entre el hueco de mis manos.
Por saborear el desencanto amargo de una mirada,
en tu lujuria mi conciencia perdí
y de cada caída que me he levantado,
tu brazo asesino me ha vuelto a tumbar.
habitando prisionero la cárcel de tus mil recuerdos,
fui forjando el semblante de huérfano emocional
que despunta al alba, cabalgando locuras sin fin
para ahogarse en la farsa de sus vanidades.
Y así mi tristeza, se mece en la noche, ocultando su dolor,
besando otros labios para olvidar tu boca
en tanto continúo derrotado, solo y cautivo,
al amparo y abrigo de esta desmesurada pasión.