Inmenso cielo azul,
el que disipó tamaña oscuridad,
el que iluminó mis pisadas
dando sentido a mi vida.
Inmenso cielo azul,
quien rescató de la soledad,
la cómplice existencia
con mi propia aquiescencia.
Inmenso cielo azul,
el que aportó claridad,
delimitando el sendero
de un horizonte siempre gris.
Inmenso cielo azul,
el que da vida a mis días,
otorgando un aporte energético
que reaviva este tierno desencanto.
Inmenso cielo azul,
el que mitiga las ausencias,
que me abrazan con fuerza
cual hidra con sus tentáculos.
Inmenso cielo azul,
el que devuelve el calor a mis labios
y el color a mi tornasolada palidez,
haciendo que así te pueda ver.
Inmenso cielo azul,
que en tromba derriba barreras,
para invadirlo todo
y dar sentido a esta obscenidad.
Inmenso cielo azul,
que se funde con el mar,
acariciando mi piel,
haciéndome estremecer de puro placer.
Inmenso cielo azul,
el que proyecta tu mirada,
para entonar en adelante,
un nuevo canto de esperanza.
Inmenso cielo azul,
el que descubro en la clandestinidad de tus abrazos,
que amarrados a mi cintura,
pugnan por estrecharme a tu cuerpo.
Inmenso cielo azul,
para una querencia desesperada,
que sin medida vaga de mis labios
a tu cálido encuentro.